martes, 26 de junio de 2012

Si hasta la sal de los mares

Si hasta la sal de los mares 
la llevas en tus andares, 
¿Cómo quieres, vida mía, 
que te dedique unos versos, 
si no hay estrellas en los cielos 
que no envidie tu alegría? 
Si a lo negro de tu pelo 
no le sobrara poesía. 
Yo le arrancaría la noche, luz, 
no hay luceros, pero ando 
perdío en tus ojos, 
sin remedio ni salía. 
Si el fuego surge con la pasión, 
tan sólo en tu boca me quemaría, 
ni el corazón, sin tu sonrisa, latiría. 
Paisana mía. Paisana mía. 
No hay claveles ni rosas nuevas 
por más que el viento las mueva 
con el aire de tu talle. 
Que no hay soles, ni mañanas, 
sin la gracia de tu cara 
ni la luz de tu semblante. 
No pueden inspirarme 
ni mares, ni ríos, 
siendo tú mi eterna amante, 
la razón de mi delirio. 
¿Para qué quieres poesía? 
¿No te basta, entrañas mías, 
que yo por ti pierda el sentío?

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